lunes, 28 de diciembre de 2015

Me creí eso de poeta

Pude creerme eso de poeta 
porque un día me percaté que necesito tanto tanto
un beso al filo de la risa
necesito ir por las calles sin ningún discurso
necesito el día en que ya no haya que salvar al mundo ni a nadie
ni siquiera a mí mismo
porque ese día viene abriéndose paso entre tantas maldiciones
Necesito tanto tanto un café muy dulce sin olor a muerto
viajar del lado de la ventana y sentir que no pasa la vida
y que todo es ajeno desde la velocidad del alma cómo dijo un filósofo del pueblo
Pude creerme eso de la poesía
porque entre mi verbo y la vida hay una anarquía de metáforas
hay un cuentacuento y un cuentanalgas y un cuenta besos
y las cuentas nunca cuadran
ni se redondean
apenas si perviven en un espacio infinitamente pequeño
como una calle manchada de recuerdos
como una hamaca hambrienta de orgasmos
y unos labios en guerra con el silencio
y unos besos en estampida
y mil adioses girando en torno a las bienvenidas
Pude creerme eso de poeta
porque un día me gritaron loco
y me rescindieron el contrato para ser músico
y me dejaron tan solo con unos pinceles y una paleta
y hubo un tal día en que ninguna pincelada había quedado mejor
que aquellas dos únicas líneas donde te nombraba
y entonces me hice verbo también entre tantos dientes
y me fui al fondo de una biblioteca para ver crecer mi ilusión
y me subí despacio una vez más a las torres de luz para ver el mundo desvanecerse
mientras yo tan solo me tragaba todos los siglos sin remordimiento
Me creí eso de la poesía porque un día amanecí con un pezón entre mis labios
y supe que la poesía también se muerde
despacito como queriendo besar
como un vértigo en luna menguada
como una sugerencia de regreso
como una caricia sin nombre ni destino cierto
como un anónimo deseo envuelto en fuegos fatuos
en tiempo eterno
Me creí eso de poeta porque un día su humedad llenó mis escalofríos de motivos
y nos lanzamos a nadar entre las profecías de unos gemidos apocalípticos
y el sereno momento de las miradas cómplices de espejos
Me creí eso de la poesía porque ya no vuelvo a los pretextos
ni me lanzo a los olvidos
desde ti soy eterno

viernes, 25 de diciembre de 2015

He visto besos

He visto dos besos balancearse uno sobre otro
haciendo malabares con sus ganas de amarse
con sus ropas diminutas
tan diminutas que estorban
les he aplaudido sin demora
sin darles propina antes que cambie la luz
He visto besos lanzarse en caída libre sin temor a la muerte
como si no existiera el pesar de las despedidas
como si en acariciar una canción de amor se resumiera la vida
como si la luna nada tiene que ver con los latidos
y andar tiene que ver con los misterios
He visto besos navegando en barquitos de papel
atravesando tempestades sin miedo a extraviarse
sin una bitácora para el recuento de los daños
He visto besos hacerse viejos esperando el sonido de un violín contador de cuentos
He visto besos preguntándole a los sueños en qué consiste el juego
quizá nunca fueron nuestros besos tan difíciles de dar
quizá solo han estado ensayando la sed de amar
quizá fueron besos empapados en la lluvia de tu cuerpo
quizá no sean besos furtivos
quizá son solo los besos con su manía de existir
los que nos permiten saber del mundo de los dos
Qué distancia hay entre un beso que se va y otro que regresa
habrán entre sus días noches de labios rotos
He visto besos abrirse en fuego como alas de colibríes
sin  detenerse a mirarse en el espejo
 ni a sentarse entre las sillas
He visto besos caminando pieles
recorriendo cuevas y flores
buscando entre la alfombra de los mares
deteniendo el tiempo
abriendo ríos
He visto besos salidos de tus pechos erectos
los he visto a media luna
recoger semerucos
dormir serpientes
desnudarse
suicidarse
preñarse
bailar
He visto besos venidos de tu voz.