A mi hija Nicole Amélie…
Yo no vine a
ofrecer nada en esta hora de ausencias
no vine a
rasgarme la piel por vestidura
ni a vender
sueños ambulantes
solo me he
quedado mudo ante tanta sangre
y se me ha
hecho silencio la garganta ante tanto grito tonto
Hay caminos que se transitan al andar de hormigas
atajos que
son destinos finales
y hay
senderos que se bifurcan entre la risa y la carcajada
Me han
visitado tantas pieles sin nombre
mientras
acumulaban pruebas en mi contra
Me he
sublevado al destino habitado
y me he
desbocado en el baño de un bar de putas
Ahora casi
en el olvido
me deslumbro
al final de la jornada
y las
candilejas dejan al descubierto mi desnudez ebria de finales
Tu risa vino
a rescatarme de morir de olvido
a empaparme
el alma de bienvenida eterna
No preguntes
por qué lloran mis días
la nostalgia
es un estigma que morirá a mi lado
no le temas
ni la
espantes
me ha
llevado a ti entre atajos y senderos
entre
harapos y luces
entre guitarra
y canto
entre tinta
y verbo
Naciste
desde mi alma y no desde ningún vientre
llegarán las
tardes en que te sentarás a leer mi historia en poemas viejos
harás
preguntas
tendrás
algunas respuestas
y otras
tantas quedarán bajo el manto del misterio
Acudirás a
tu corazón de hembra y fuego
a tu sentir
de hija
y a tu mirar
de cielo
Vendrás hija
amada
al final de
mis días vendrás con un soplo nuevo
y quizá entonces
como un faro viejo
me levantaré
erguido a respirar tu aliento
y sonará el
himno de aquel sordo terco
en esta sinfonía
que se escucha allegro
y desde
estas calles que sonaron lejos
se oirá la
alegría de este heroico pueblo
batirán sus
alas todos los luceros
y tendrás motivo
de seguir riendo
desde tus
entrañas saltarán mil besos
y nuestro
corazones sabrán de lo eterno